viernes, 11 de junio de 2010

Análisis de la película


Bruno es un niño alemán de ocho años, su vida es cómoda y tranquila a pesar de la Segunda Guerra Mundial que se sucede a su alrededor. Es que su padre, Ralf es un oficial nazi de alto rango, y debido a una nueva misión todos deben mudarse con él. Lo que Bruno no sospecha es que la “granja” que se ubica cerca de su nueva casa es un campo de concentración, en donde todos los que visten “pijamas a rayas” son en realidad presos judíos.
A pesar de que sus padres le prohíben acercarse a la “granja” ya que declaran que aquellas “no son personas”, Bruno lo hace un día y conoce a Shmuel, un niño judío que vive en el campo y a quien sólo puede ver a través del alambre de púas.
Shmuel le dice que está ahí por ser judío, y que los soldados alemanes encarcelaron a muchos otros judíos, les quitaron sus ropas y los dejaron ahí hambrientos. Bruno empieza a dudar de que su padre sea una buena persona, mientras que paralelamente sigue jugando con su nuevo amigo y llevándole comida.
Con un argumento tan inocente como denso, esta peli se hizo con alabanzas de la crítica, pero habrá que ver si no recae en una variedad de golpes bajos.

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